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jueves, 4 de noviembre de 2010

Hace años que no publico, gracias ivonne

De escribir y escritores
Poco después del alba del nacimiento humano y después del descubrimiento de nuestro propio raciocinio el hombre encontró el lenguaje, y con él la palabra escrita, cuyo fin empezó por el ser de una utilidad social pero como cualquier buena habilidad humana hubo aquellos que la desearon refinar hasta el punto de convertirla en un arte.
Plasmar tanto sentimientos como sentidos en una serie de iconos y símbolos que representarían a los mismos pero transmitiendo en si abstracciones subjetivas. Y como cualquier buena arte tuvo sus corrientes, y expositores.
Pero ¿Es en si el escribir un arte o un artista el que escribe?
Cualquiera con una educación básica y ambas manos puede escribir con papel y pluma lo que desee y cualquiera con poco más de unas neuronas puede expresar tanto sentimientos como sentidos. Pero es en sí el que cautiva y refina, el que marca y trasciende el que pasa de escritor a artista. Y es en si este hecho, el ser un artista, lo que le da las cualidades para convertirse en tal.
Por lo tanto ¿Es el nacimiento, y el toque divino lo que le da al artista su valor de ser tal?
Cualquier fanático religioso podría admitir esto sin dudar tan solo un segundo, como es que la mano de Dios u otro es la que decide quién puede llegar a la grandeza, pero entonces el destino de uno deberá de estar marcado ya. Y el destino puede de esta manera ser el fracaso, un pensamiento un poco desalentador.
Podríamos tan bien tomar un toque un poco mas Freudiano y decir que somos un resultado de nuestro entorno y los hechos que nos rodean entonces no seriamos más que un resultado de circunstancia/tiempo. Y al igual que cualquier buen artista todo dependería de cuando y donde nacimos, todo lo demás se lo llevaría el destino y la causa efecto que rige nuestro mundo. Pero esto tan bien puede llegar a ser desalentador.
Pues si cualquiera de estas dos hipótesis llegara a ser verdad cualquier buen artista o escritor tan solo tendría que dejarse llevar por los ríos del destino y mecido entre sus brazos caería suavemente en su destino siendo un milagro.
Es en este momento donde comienzo a preguntarme si algo de esto vale la pena pues mi rol en esta vida ya está decidido desde antes siquiera de que conciba este pensamiento. Pero la inspiración me obliga a continuar escribiendo, eso y el insomnio.
Podemos poner otra perspectiva con un toque de Sócrates y hablar algo sobre la inspiración, la cual es tan bien toque divino. Pero por lo mismo entonces seriamos tan solo instrumentos de los Dioses, e instrumentos de la inspiración donde en el éxtasis de nuestra locura tan solo nos ponemos a perder en los pensamientos y escribir. Aunque en realidad no estemos pensando mientras lo hagamos.
Pero sigue siendo el destino y la suerte lo que rige nuestra grandeza u olvido.
Con esto me pongo a pensar en “¿Qué es lo que hace grande a los maestros?” y es que lo que los hace grande es ser parte de algo. Al conformar parte de la corriente de pensamientos a la que pertenecen y embonar directamente con su sociedad se vuelven no solo populares, pero trascendentes, son grandes por ser tan solo una pieza más. Pero entonces uno debe de pertenecer para ser único, esto mientras sigue siendo el resultado de unos pensamientos de época. Lo cual sigue siendo destino.
Hay muchos que escriben por escribir y muchos más que ni siquiera saben porque lo hacen. Otros quieren ser escuchados, hablando a través de un papel y otros quieren desahogar sus sentimientos en este mismo. Pero las variadas razones no los hacen grandes.
Es acaso la determinación que tienen entonces, el fervor que destacan en sus escritos o la pasión que usan en sus poemas, tal vez es el nivel de raciocinio que ponen en su filosofía.
Pero es en realidad la vida misma lo que los hace lo que son, el artista es artista por ser así y no por otra cosa, pues el artista no es grande o chico es, y eso es todo. El simple hecho de escribir no te hace artista pero el simple hecho de cautivar, de transmitir, de vivir en ello y ser parte de ello como único entre el todo te hace artista.
Es mano divina o destino, tal vez pero en realidad uno es su realidad misma.